miércoles, 26 de mayo de 2010

El asesinato de la Playa Kan Kun


El asesinato de la playa Kan Kun – Crímenes sin resolver


Nélida Palomino Chinchay, la víctima. Vivía en Estados Unidos pero   regresó al Perú y encontró la muerte.

Nélida Palomino Chinchay, la víctima. Vivía en Estados Unidos pero regresó al Perú y encontró la muerte.

El 18 de marzo se cumplió el noveno aniversario de la muerte trágica y violenta de Nélida Palomino Chinchay. La prensa recogió este crimen con el titular “mujer es asesinada en su casa de playa por su propia empleada del hogar”. La criminal y un presunto cómplice, siguen libres y el brazo de la justicia no los alcanza, pese al tiempo transcurrido.

BENEDICTO JIMÉNEZ( escrito para la revista Juez Justo)

La muerte sorprendió a Nélida Palomino Chinchay , de 53 años de edad, a las 00.30 horas. La mujer en quien más confiaba y que manejaba sus negocios y cuentas de ahorros le quitó la vida sin miramientos.

El crimen ocurrió en una casa de playa de dos pisos ubicada en la Residencial Kan Kun, manzana M, Lote 6, Playa Venecia, Villa El Salvador.

En la División de Investigación de Homicidios de la Policía, la muerte de Nélida Palomino Chinchay está considerada como un crimen sin resolver. Su caso no está cerrado y, aunque se sabe quién es la autora del asesinato, aun no se ha identificado a su cómplice.

En el atestado Nº 163-DIRINCRI-DIVINHOMDEPINHOM- E2, Francisca Germán Cajo, figura como No Habida. Tenía 24 años cuando mató a su jefa.

Cronología de un asesinato

A las 6 de la tarde del 17 de marzo de 2001, Nélida Palomino Chinchay, en compañía de su prima Teodolinda, se dirigió al Pasaje Salta 271, Pueblo Libre, donde vivía su hermano, Aldo Ernesto, y recogió tres maletas y un televisor blanco y negro.

Luego, a las diez y media de la noche, fue a la casa de su prima Fara Estela Dávila Chinchay para hacer el inventario de su bazar y el salón de belleza, pues al día siguiente iba a viajar a los Estados Unidos y ella se iba a quedar administrando sus negocios. Sin embargo, debido a la hora avanzada, decidió marcharse y postergar el trabajo.

Su otra prima, Teodolinda, le pidió que se quede a dormir, pero Nélida no aceptó. Tenía una cita con la muerte aquella noche. Y se fue con su empleada a la casa de playa en la que se alojaba cada vez que venía desde Charlotte, Estados Unidos, donde vivía con su esposo e hijos. Llevaba el televisor que iba a ser destinado a la empleada doméstica.

Fachada de la casa donde se perpetró el asesinato. El tranquilo   barrio se conmocionó con el crimen.

Fachada de la casa donde se perpetró el asesinato. El tranquilo barrio se conmocionó con el crimen.

Ambas llegaron a la residencial Kan Kun a la medianoche. En el camino la comerciante había comenzado a sentirse mal. El televisor fue llevado a la habitación de la empleada y el Volvo rojo en el que viajaron quedó estacionado en el frontis de la casa. Todo parecía normal hasta allí.

Aprovechando que su patrona estaba mal de salud, Francisca la condujo con engaños hasta el dormitorio de huéspedes, en donde, con amabilidad fingida, la hizo recostar sobre la cama en posición de cúbito dorsal. En ese momento apareció una tercera persona que había permanecido escondida.

Los atacantes inmovilizaron a la víctima con una almohada de 35 x 35 cm, y la asfixiaron. Luego, ingresaron al dormitorio y sustrajeron sus pertenencias, joyas, documentos de sus empresas, su celular y dinero. Minutos después, a bordo de un Tico amarillo, abandonaron el lugar. Cuando los criminales se daban a la fuga, fueron vistos por Christian Flores Peña, quien esperaba a una amiga cerca de la casa. Este sujeto observó cuando la empleada abrió la puerta para observar si había alguien. Luego, escuchó el ruido de un vehículo que se alejaba raudo del lugar.

¿Dónde esta Nélida?

Durante toda la tarde del 18 de marzo, Fara esperó para hacer el inventario. Al ver que Nélida no aparecía se inquietó y llamó a su hermana Manuela, pero tampoco sabía nada. A las 8:30 de la noche, fue con su conviviente, Alex Otaiza de la Cruz, a la casa de playa Venecia.

Allí ambos constataron que en el frontis estaba estacionado el Volvo rojo de placa AGK-226. Tocaron el timbre y no obtuvieron respuesta. Sin embargo, la ventana del dormitorio principal estaba semiabierta y el televisor estaba encendido.

Otaiza subió por una casa aledaña en construcción, entró por el tragaluz y encontró a Nélida Palomino, sin vida, en la habitación de huéspedes.

El cadáver de la mujer yacía sobre una cama, en posición de cúbito dorsal, con si

gnos de violencia. Tenía el rostro de color cianótico y presentaba manchas violáceas a la altura del abdomen y en ambos brazos. Los asesinos habían cubierto su rostro con una falda, dos retazos de tela y una almohada.

A las cuatro de la madrugada llegaron la Fiscal Adjunta, Tania Liñán, el médico forense Víctor Guzmán Negrón y el personal de la División de Homicidios al mando del mayor Yonel Ponce Cabrera y el personal de peritos de Criminalística. La necropsia de ley arrojó que Nélida Palomino falleció por asfixia.

Durante las investigaciones, fue detenido Alex Japa Arratea de 25 años quien tuvo relaciones extramaritales con la sospechosa desde diciembre de 1999 hasta febrero del 2001.

El móvil

Francisca había empezado a trabajar como empleada doméstica dos años antes del crimen. Cuando Nélida viajaba a los Estados Unidos, la empleada doméstica se quedaba al cuidado de la residencia, la tienda y la peluquería, realizaba trámites de pagos y administraba los vehículos de servicio público de su patrona.

Foto .- La presunta asesina Francisca Germán Cajo en los exteriores del inmueble donde ocurrió el crimen , cuando aún no se presagiaba el final trágico de su patrona.

Era tanta la confianza de Nélida hacia Francisca que nunca se preocupó en conocer a sus familiares o lo que hacía en sus días libres, hasta que, al retornar de uno de sus viajes, se enteró de que la empleada introducía gente extraña a la casa de playa. Entonces le quitó todas las prerrogativas. Parece que Nélida la pilló, además, quedándose con parte del dinero de la administración de los negocios.

Los detectives empezaron la búsqueda de la empleada y acudieron a la casa de su hermana, Evangelina, ubicada en el asentamiento humano Su Santidad Juan Pablo II, manzana D, lote 6, en San Juan de Lurigancho.

La hermana refirió que el 18 de marzo, a las 8:30 de la mañana, Francisca llegó a su casa y se fue con sus pertenencias a bordo de un Tico amarillo conducido por un sujeto de tez morena, que la esperó fuera de la casa.

Los detectives viajaron al pueblo donde vivían los padres de la sospechosa sin resultado positivo. Luego ubicaron a Japa Arratea, quien registraba antecedentes por homicidio. El sujeto aceptó su relación extramarital con Francisca, pero afirmó que empezó a distanciarse al enterarse que tenía una hija con otra pareja.

Por su versión, se supo que Francisca estaba resentida con su patrona. También se enteró que ella tuvo problemas con un hombre conocido como “Ché”, con quien también habría tenido relaciones sentimentales.

La asesina está identificada, ha logrado mantenerse en la clandestinidad durante 9 años, su foto es mostrada para que los ciudadanos que sepan de su paradero avisen a la Policía.

Pruebas en contra

• Francisca Germán Cajo era la única persona que se encontraba con la víctima en el momento de los hechos.

• Fue vista abandonando la casa de playa por un testigo.

• La empleada conocía los movimientos de la víctima, el número de clave de sus cuentas bancarias, las deudas por cobrar, los documentos de la empresa, entre otros.

• Ella desapareció después del crimen llevándose joyas, dinero y otros enseres.

No hay comentarios.: