viernes, 18 de junio de 2010

SALAZAR: CANDIDATO A LA SALIDA






Escrito por José Alejandro Godoy

Octavio Salazar ha hecho varios méritos para irse del cargo.


Un rápido repaso de su trayectoria al frente del Ministerio del Interior nos da cuenta de esto:


- La alucinada historia de los pishtacos en el Huallaga, que fue impulsada desde la DINICRI con la anuencia del Ministro


- Una serie de cantinfladas sobre Sendero, la seguridad ciudadana y el narcotráfico en apenas pocos meses. Gustavo Carrión las resumió muy bien:

Ya Ministro, “dijo y no dijo” que Sendero no era un peligro. Planteó con gesto adusto que debería penalizarse el consumo de drogas, sin decir por supuesto, donde y como cumplirían sus penas la legión cada vez más grande de consumidores. Ideó la mágica respuesta de los policías de aproximación, colocados al costado de un panel y que supone serían los receptores de las demandas ciudadanas por atención policial. Todavía se ven por la ciudad, lo que no se ha reportado es el nivel de eficiencia y resultados de esta modalidad. Hemos escuchado al Ministro, curiosas explicaciones sobre la procedencia de banderas con la hoz y el martillo, decía que si estos símbolos no estaban bien dibujados y en el sentido correcto, entonces no se podían atribuir a Sendero Luminoso. De haberlo sabido en las épocas duras de la subversión, ¡cuánto esfuerzo de análisis y de inteligencia se hubiese economizado!


El resultado ya lo saben: hay el peligro de perder los avances de inteligencia policial en el Huallaga frente a Sendero, ya sabemos lo que pasa con la seguridad ciudadana y ayer se robaron una aeronave en Nazca


- Ponerse a sí mismo como responsable de una investigación de hechos ocurridos cuando era Director General de la Policía, específicamente, un supuesto robo de gasolina.


Hasta aquí, teníamos a un ministro decididamente incompetente, en la misma línea de sus antecesores en el cargo durante este gobierno. Si en algo puede ganar la Copa del Mundo el Perú es, gracias a Alan García, en la cantidad de ministros ineptos en temas de seguridad.


Pero el despacho del cuarto piso del antiguo aeropuerto de Limatambo ya no solo tiene el aroma de la ineficiencia, sino de algo más turbio. Dos son los motivos.


El primero es el ya conocido caso de los portatropas, develado gracias a una paciente y prolífica investigación de IDL-Reporteros. El caso, en su esencia era bastante simple: se le quería vender al Estado peruano una serie de portatropas para el VRAE que habían sido rechazados en el 2007 por sobrevaloración, cambiándoles la marca.


Lo que vino después, fue el develamiento de una trama para ocultar dicho hecho, así como otras irregularidades destinadas a que la compra finalmente se produjera. Finalmente, el propio Presidente de la República le bajó el dedo a la compra y la empresa involucrada ha sido denunciada por el propio Ministerio del Interior. Y aún así, Salazar no se ha ido. ¿El motivo? Gustavo Gorriti lo presenta:


¿Cuál es el papel que tuvo el ministro del Interior, Octavio Salazar, en esta operación?


Salazar se ha mantenido astutamente al margen de la controversia, y logró convertir a su viceministro Torres en el bonzo designado, pero él es el responsable de toda decisión central en su sector, y todas las informaciones coinciden en que tuvo un papel fundamental en la operación cancelada. Salazar se ha hecho invisible durante la crisis y todo indica que hace lo posible por sobrevivirla. Cualquier otro ministro ya hubiera salido a estas alturas; pero no Salazar. ¿Confía en que su bien conocida cercanía con Luis Nava lo ayude a sortear la crisis?


Nava, como sabemos, es el secretario general de Palacio de Gobierno, un hombre de absoluta confianza del Presidente y que en anteriores ocasiones ha tenido especial interés por temas de ascensos en Corpac.


El segundo tiene que ver con una extraña reunión producida en el Ministerio del Interior, cuando estaba por terminar la investigación sobre la familia Sánchez Paredes, algunos de cuyos miembros están actualmente involucrados en un proceso por lavado de activos del narcotráfico. IDL-Reporteros tiene el resumen de lo que ocurrió hace algunos meses en el despacho de Salazar:


Pero poco antes que finalizara dicha investigación, el ministro del Interior, Octavio Salazar, llamó al director general de la PNP, general Miguel Hidalgo, y le pidió que fuera a su oficina, en el cuarto piso del ministerio. Hidalgo subió desde la Dirección General de la PNP, que queda en el tercer piso, para ver al ministro quien además, es su compañero de promoción en la ex Guardia Republicana.


Al entrar en la oficina del ministro, Hidalgo vio, según refirieron a IDL-Reporteros fuentes con conocimiento de causa, que Salazar no estaba solo. Lo acompañaba el congresista fujimorista Rolando Sousa.


Después de los saludos, Salazar se levantó súbitamente, dijo “creo que ustedes dos tienen que hablar” y se fue de su oficina. Sousa e Hidalgo quedaron solos.


Fuentes confiables plenamente informadas sobre el evento, coinciden en afirmar que Hidalgo se puso muy incómodo. Como se sabe, Hidalgo comandó la Dirandro en plena investigación a los Sánchez Paredes y a Valdez Villacorta.


El ahora jefe de la PNP sabía bien que Sousa es socio de César Nakazaki, defensor tanto de Orlando Sánchez Paredes como de Valdez Villacorta.


Sousa, en efecto, empezó a hablarle a Hidalgo sobre el tema de los Sánchez Paredes. “Habló sobre procedimientos en casos de lavado de activos”, relacionados con el caso, dice una fuente bien enterada.


Hidalgo, alarmado e incómodo, le dijo a Sousa que él ya no veía investigaciones de la Dirandro, que se encontraba ahora en otro nivel y que aún cuando comandó esa unidad no discutía sobre investigaciones en desarrollo. Luego se levantó, se despidió y se fue apenas pudo hacerlo.


Salazar hasta ahora no desmiente esta versión, como tampoco lo ha hecho el congresista Souza. Esto requiere de una investigación pronta, pues aquí hablamos de un caso en el que el propio Alan García ha tenido interés en su esclarecimiento. ¿Por qué motivo una persona que enfrenta directamente en dos temas de relevancia al Presidente se mantiene en su puesto?

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